Cuando cualquiera de nosotros entra en plataformas de franquicias en España observamos que superan en mil las empresas que se ofertan y buscan franquiciados. Si hacemos el corte en aquellas empresas que tienen menos de cincuenta franquiciados, apenas llegan a treinta.
Si dejamos al margen aquellos negocios que no son viables y que emplean el modelo de franquicia para autofinanciarse haciendo de la expansión un negocio, nos encontramos con cadenas de franquicia que lo tienen todo:
- Un buen concepto de negocio
- Una viabilidad demostrada
- Una inversión asequible
Y, sin embargo, no son capaces de crecer, ni siquiera de pasar las diez unidades operativas. ¿Qué explicación podemos encontrar ?
1.- El modelo clásico de franquicia
El modelo clásico de franquicia se define por un contrato entre dos partes, el franquiciador y el franquiciado, por el que se transmite un Know How y una marca que pude demostrar beneficio al menos dos años consecutivos, reuniendo estos requisitos se puede entrar en el Registro de Franquicias.
Un punto de vista más actual nos obligaría a hablar de crecimiento asociativo, es decir, la expansión de nuestra empresa se realiza mediante la asociación con emprendedores que aportan inversión y gestión a nuestro modelo de negocio.
Esta forma, más abierta, nos empuja a estudiar la manera más eficiente para crecer de forma asociativa, puede ser mediante franquicias, licencias, concesiones, delegaciones, participaciones empresariales y así un largo etcétera.
Elegir el tipo de relación que vamos a tener con nuestros socios se convierte en una pieza fundamental para nuestro desarrollo
2.- La distribución asociativa es otro modelo de negocio
La distribución asociativa no es sólo replicar nuestro negocio, más bien es un negocio diferente. Se precisa nuevos planteamientos de mercado que supone cambios en las estructuras de la empresa desde el punto de vista de gestión, logística, tecnológica y de recursos humanos.
Convertirse en una central es un proceso muy importante para tener una red de empresarios alineados en los objetivos de la marca.
3.- La experiencia empresarial del modelo
Tener experiencia en desarrollar una empresa es muy diferente a tener experiencia en el desarrollo de una red asociativa. Solamente el que ha creado y desarrollado este tipo de redes puede aportar un método, que pueda llevar el proyecto a un buen puerto.
Rodearse de personas que dispongan de esta experiencia es básico para no tropezar en los grandes huecos que tiene este camino.
4.- La inversión en expansión
Es necesario un plan de expansión de al menos de cinco años, se han de contemplar los objetivos y la inversión que se va a necesitar en base a los flujos de tesorería.
Los canales tradicionales para la captación de socios han cambiado, invertir en estos antiguos canales es similar a tirar el dinero al cubo de la basura. Donde están mis socios, como llego a ellos, cómo establezco una negociación fructífera son preguntas que requieren respuestas adaptadas al mundo de hoy.
5.- La generación de valor
Cualquier proyecto de redes empresariales, franquicias, licencias u otras precisan una orientación clara a la generación de valor, no basta con tener una adecuada cuenta de explotación, desde el principio hay que trabajar porque nuestro proyecto empresarial vaya adquiriendo valor.
Tarde o temprano, si queremos avanzar, tendremos que incorporar capital potente a nuestra empresa, para crecer, para mejorar y para competir en un mundo cada vez más globalizado y concentrado. Llegar hasta aquí, será la mejor prueba de que hemos hecho las cosas bien.