Tras la pandemia, gobiernos, empresas y ciudadanos recuperarán la lucha contra el cambio climático. La sostenibilidad económica será un elemento clave a todas las escalas.
Sabemos que se avecina una recesión económica, pero las empresas que no sean sostenibles pueden perderlo todo. La sostenibilidad se convertirá en el nuevo gran pilar de los valores corporativos y personales. Y lo hará desde todos sus ángulos, porque, para que algo sea sostenible, debe serlo a nivel económico, humano y medioambiental.
Por definición “se entiende por economía sostenible un patrón de crecimiento que concilie el desarrollo económico, social y ambiental en una economía productiva y competitiva, que favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, y que garantice el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales, de forma que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”, según el artículo 2 de la Ley de Economía Sostenible (LES), publicada en el BOE el 5 de marzo de 2011. Es decir, es el desarrollo de actividades que, de forma conjunta, sean económicamente rentables y ambiental y socialmente sostenibles.
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La sostenibilidad económica y sus cinco bases
Antes que nada, debemos tener claro que la sostenibilidad económica implica un contexto social en el que exista el bienestar y un crecimiento económico que beneficie a toda la comunidad y que le ofrezca la oportunidad de ser feliz.
Como estarás imaginando, pues, la sostenibilidad económica tiene mucho que ver con nuestro día a día y con las acciones que realizamos y que influyen (¡y mucho!) en las otras personas. Estas son las bases sobre las que se sustenta:
Lo importante no es solo la productividad y la competitividad.
Es necesario dejar de funcionar por movimientos tácticos ante situaciones coyunturales del mercado, se precisa trabajar en una estrategia, con objetivos a largo plazo, entonces se realza el valor de los productos y servicios, se busca la eficiencia, se llega al mercado con el mejor precio y se le fideliza por esa misma apuesta a largo plazo.
La apuesta por la eficiencia
. Aprovechar al máximo los recursos que tenemos y cuidar los recursos escasos logra cumplir con otro de los pilares de la sostenibilidad económica, que es la eficiencia. La reducción de costes energéticos, naturales o de otro tipo han de estar en el plan de acción así como planes de reciclaje y aprovechamiento.
El desarrollo de la innovación
. La tecnología debe ir de la mano de la innovación para crear soluciones que sean sostenibles desde diferentes niveles: sociales, medioambientales y económicos.
Los límites de los recursos.
Los recursos renovables no deben utilizarse a un ritmo superior a su generación, lo que nos lleva a una limitación en el consumo: los recursos no renovables deben ser sustituidos paulatinamente por recursos renovables.
La diferencia entre crecimiento y desarrollo.
El crecimiento supone un aumento cuantitativo, sin embargo, el desarrollo supone la mejora de las cualidades. Ese desarrollo, además, debe ser sostenible en el tiempo desde un punto de vista económico, social y ambiental.